domingo, 27 de agosto de 2017

Domingo 27 de agosto

Domingo de la 21ª semana de tiempo ordinario A

1. Abro el corazón a Dios.
Puede servir la repetición de alguna oración breve:
     "Gracias Señor porque estás siempre a mi lado",
     "Ayúdame a sentir tu cercanía",
     "Quiero estar contigo, Jesús".

2. Lectura del Evangelio. Escucho.
San Mateo 16,13-19

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús
preguntó a sus discípulos:
-«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hambre?»
Ellos contestaron:
-«Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías
o uno de los profetas.»
El les preguntó:
-«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
-«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió:
-«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha
revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo:
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder
del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»
Palabra del Señor.
En las misas votivas de san Pedro, apóstol, se toman las lecturas precedentes.

3. Reflexiono y rezo. Respondo. 
¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

¿Quién es Jesús? ¿Quién es Jesús para ti? ¿un maestro de vida? ¿un amigo al que acudo cuando lo necesito? ¿un hombre excepcional? ¿el Señor que conduce mi vida? ¿el salvador de mis miedos y mis pecados? ¿el Mesías, el Hijo de Dios, que revela el rostro del Padre? ¿el Amado?

Tú eres todo lo que creo,
todo lo que espero,
todo lo que busco,
todo lo que no tengo todavía,
todo lo que todavía no soy,
todo lo que amo...

Tú estás en todo lo que vive,
en todo lo que nace,
en todo lo que sufre,
en todo lo que ríe,
en todo lo que canta,
en todo lo que grita,
en todo lo que me calma,
en todo lo que amo...

Tú, el que me visita,
el que me llama,
el que me reconforta,
el que me sugiere,
el que me ofrece,
el que me pide,
el que me espera,
el que me ama...

Tú, mi roca firme,
mi oasis reconfortante,
mi silencio sonoro,
mi noche estrellada,
mi manantial de vida,
mi tesoro encontrado...

Tú, Padre/Madre,
por encima de legalidades,
por encima de saberes,
por encima de manías,
por encima de respuestas,
por encima de historias...

Y yo, hijo tuyo
porque eres Tú quien quieres
que así sea.


Dios, Tú eres mi descanso,
mi único y auténtico descanso
Quiero aprender a descansar en Ti.
Quiero aprender a descansar en Ti.

Dios, Tú eres mi descanso,
mi único refugio, mi única salvación.
Aunque quieran derribarme,
aunque por fuera me halaguen
y por dentro me critiquen,

Tú eres mi fortaleza.
Contigo no vacilaré.
No caeré, porque Tú
eres mi refugio;
sólo Tú mi seguridad.

Dios, Tú eres mi descanso,
mi único y auténtico descanso.
Descansa alma mía, descansa.
Sólo en Dios descansas de tu prisa.

Yo confío, siempre en Ti.
Contigo desahogo mi corazón.
Sólo en Ti descansa mi mente.
Sólo de Ti viene mi salvación.

Aunque crezcan mucho mis riquezas,
no les daré mi corazón;
porque solo Tú eres mi Dios,
sólo Tú, mi seguridad.

Dios, Tú eres mi descanso,
mí único descanso.

http://m.youtube.com/watch?v=PWidCemEX_4

No respondas sólo con la cabeza, responde también con la vida. La letra de una canción de la Hermana Glenda nos puede ayudar a construir nuestra repuesta.

Piensa también ¿Quién debería ser Jesús en ti? ¿qué pasos tienes que dar para avanzar hacia ese ideal?

Damos gracias a Dios por el Papa, Sucesor de San Pedro, por su magisterio; pedimos por la Iglesia, para que crezca su unidad, en torno al sucesor de Pedro, el Papa, y de los apóstoles, los obispos.

4. Termino la oración   
Doy gracias a Dios por su compañía, por sus enseñanzas, por su fuerza...
     Le pido que me ayude a vivir de acuerdo con el Evangelio
     Me despido rezando el Padre Nuestro u otra oración espontánea o ya hecha.